
Control de ingresos y gastos en junio: momento clave para hacer balance de tu negocio
1 de julio de 2025El verano es ese momento esperado del año en el que el ritmo baja, las agendas se aligeran y por fin encontramos un poco de espacio para pensar con claridad. Si eres autónomo, si llevas un negocio, quizás este verano sea el mejor momento para hacerte una pregunta clave: ¿estás gestionando tu negocio con visión empresarial o desde una mentalidad de trabajo? Es decir, ¿trabajas para facturar o estás construyendo un negocio que puede crecer con sostenibilidad?
Puede parecer una diferencia sutil, pero en realidad, esta distinción puede marcar el éxito de tu actividad. Y este verano, sea una buena ocasión, para reflexionar sobre cómo enfocas la gestión del negocio: ¿estás simplemente trabajando para sobrevivir o estás construyendo un proyecto con estructura y proyección?
La historia de Roger
Roger inició una actividad de diseño gráfico hace tres años. Al principio, trabajaba muchísimas horas, cobraba cada factura como si fuera sueldo y calculaba los precios según lo que «le parecía justo». No llevaba un control real de los gastos, ni planificaba nada. Todo dependía de él, y cuando se ausentaba por enfermedad o descanso, los ingresos se detenían.
A pesar de hacer muchos esfuerzos, nunca llegaba a fin de mes con tranquilidad. «Trabajo mucho y cuando llega el trimestre, no tengo dinero para pagar el IVA», decía a menudo.
Como él mismo me explicaba: «Llevo muchas horas, pero no veo ningún resultado estable. Hacía de diseñador, de comercial, de contable, de todo… pero no tengo ninguna dirección».
No era cuestión de falta de ganas ni de talento, sino de perspectiva: Roger estaba pensando como un trabajador, no como alguien con una visión empresarial.
¿Qué quiere decir tener visión empresarial?
Adoptar una visión empresarial no significa dejar de ser autónomo o perder tu esencia. Quiere decir pasar de verte como alguien que «hace trabajos» a verte como la persona que lidera un negocio. Es como pasar de pedalear sin rumbo a tener un mapa y una dirección clara. No se trata solo de hacer bien tu trabajo, sino de gestionar el conjunto del negocio con una mirada estratégica y de gestión.
Una de las primeras diferencias es la forma en que entiendes los ingresos. Cuando tienes mentalidad de trabajo, cada euro que entra se percibe como una nómina. Los gastos y los impuestos se entienden que se restan de esta nómina y al final, lo que queda, es para la persona. Pero cuando aplicas visión empresarial, la nómina se integra como parte de los gastos. En el caso de Roger, cuando se hizo este planteamiento, se dio cuenta de que la facturación se transformaba en esa cantidad necesaria para cubrir los gastos, su nómina, los impuestos y la inversión en el crecimiento del negocio. Esta mentalidad hizo que la visión de los ingresos se ampliara, es decir que incrementara la dimensión del negocio.
Una segunda diferencia es el enfoque estratégico. Esta mayor dimensión implica pensar «¿Qué debo hacer para alcanzar esta facturación?«. Por ejemplo, Roger se planteó «¿A qué clientes me tengo que enfocar?»; «¿Cuáles son los servicios que les puedo ofrecer, que aporten valor añadido, que sean diferenciales?»; «¿A qué precios?»; «¿Cuál es la mejor manera de darme a conocer?».
Una nueva mirada sobre la gestión para autónomos
También cambia la manera de valorar tu tiempo. Con mentalidad de trabajo, la medida se centra en las horas que se dedican al trabajo. «¿Cuántas horas he trabajado este mes?«, se preguntaba Roger. Pero desde una visión empresarial, el enfoque está en el valor que generas: si tu tiempo está bien invertido, si los procesos son eficientes, si puedes sistematizar tareas o delegarlas para centrarte en lo que realmente hace rentable y sostenible el proyecto.
En este sentido, Roger introdujo una herramienta de gestión en la nube que le permitiera hacer el seguimiento de cada proyecto; comenzó a registrar la dedicación a cada proyecto; valoró si los presupuestos que hacía estaban alineados con esta dedicación; automatizó los correos de seguimiento; estandarizó el formato de los presupuestos; y delegó algunos servicios que eran de poco valor añadido o bien que a él no se le daban suficientemente bien.
Un verano para hacer balance
Este verano puede ser una oportunidad ideal para revisar cómo estás enfocando tu gestión como autónomo. ¿Sabes cuál es la facturación necesaria para cubrir gastos, sueldo y generar ahorro? ¿Tienes identificados los gastos fijos? ¿Sabes qué margen real tienes sobre lo que vendes? ¿Has creado sistemas que te permitan trabajar con más tranquilidad?
Reflexionar sobre estas preguntas no significa atascarse, sino simplemente empezar a ver el negocio con ojos nuevos. No es necesario que hagas todos los cambios de golpe, pero puedes volver en septiembre con una intención clara: pasar de trabajar dentro de tu negocio a liderarlo con visión empresarial.
Como me decía Roger: «Voy a pasar de ser trabajador autónomo, a profesional autónomo».
Una nueva etapa empieza con una nueva perspectiva
Roger, después de pasar por momentos difíciles, empezó a cambiar su manera de pensar. Calculó exactamente cuáles eran sus gastos, ajustó precios, sistematizó la forma de trabajar con sus clientes y comenzó a planificar con antelación. Hoy sigue trabajando mucho, pero con una estructura que le permite descansar, invertir y crecer.
Este verano, tú también puedes empezar este cambio. Regálate un momento de silencio, un café al aire libre y una libreta. Escribe qué quieres para tu negocio en los próximos meses, qué te desgasta y qué querrías transformar.
Quizás no sea el descanso clásico de playa y hamaca, pero es un regalo igualmente valioso: volver en septiembre con una mirada más clara y, sobre todo, con energía renovada para liderar tu proyecto con sentido y dirección.
¿Quieres hacer este cambio con apoyo y claridad?
Desde nuestra consultoría acompañamos a transformar la gestión para autónomos en una herramienta clara, sostenible y enfocada al crecimiento.
Te ayudamos a revisar tu modelo de negocio y a mejorar la gestión económica de manera que la actividad pueda crecer con tranquilidad.
Reserva una sesión de asesoramiento y comienza en septiembre con una visión realista y estratégica de tu negocio.
Este verano, regálate perspectiva. En septiembre, transfórmala en acción.