
Has cobrado, pero ¿tienes problemas para pagar el IVA? Algo falla
1 de octubre de 2025Cuando se acerca el final del año, es fácil que todo se acelere: facturas, pagos, cierres, imprevistos… Y justamente entonces es cuando más cuesta ver las cosas con claridad. Antes de pensar en el cierre contable y fiscal, vale la pena detenerse un momento y hacer algo más sencillo: poner orden.
>Quien quiere gestionar su negocio con criterio sabe que no es una cuestión contable, es la manera de cerrar bien el año y de empezar el próximo año con más control, menos tensión y una imagen real del negocio.
Hacer limpieza para ver con claridad
Revisar la información no quiere decir complicarse la vida. Quiere decir asegurarse de que lo que reflejan los números coincide con lo que pasa realmente. Pequeños desajustes —una factura pendiente, un gasto mal clasificado, un cobro olvidado— pueden cambiar la foto.
Corregirlo ahora evita las prisas y los dolores de cabeza, y permite entender mejor cómo ha ido el año: cómo han evolucionado las ventas, los márgenes o los gastos.
También facilita mucho el trabajo a la gestoría: cuando la información está limpia y actualizada, el cierre contable y fiscal es más ágil y sin sorpresas de última hora. Los modelos trimestrales y los resúmenes anuales salen fácilmente, y la preparación de la renta o el impuesto de sociedades es mucho más ágil.
Ordenar para simplificar
Cuando los datos están ordenados, todo se ve mejor.
Tener claro qué se ha cobrado y qué no, qué se debe y qué ya está pagado, o qué stock real hay, ayuda a ver la salud del negocio de un solo vistazo. También permite ajustar mejor la tesorería y anticipar necesidades.
Saber qué gastos existen, cuáles se han incrementado y cuáles no; con qué márgenes se ha trabajado, incluso por cliente o por producto, orienta las estrategias a seguir.
Ordenar significa, en definitiva, tener la información al servicio de las decisiones, y no al revés. Porque, cuanto más claros sean los números, más fácil es decidir con criterio y seguridad.
¿Qué hay que hacer?
Empieza revisando si hay partidas de clientes y proveedores que no se cobrarán y hay que regularizar; cuadra los saldos bancarios con la realidad de la cuenta corriente; ajusta las existencias al saldo del momento; revisa que los costes están clasificados según el tipo de gasto; revisa que los saldos de los préstamos coinciden con lo que se debe.
Cuanto más ordenada esté la información, más fácil será extraer conclusiones fiables sobre el estado actual de la empresa, su evolución y sus necesidades a corto y a medio plazo. A nivel operativo, más fácil será el cierre contable y fiscal.
Preparar el terreno para decisiones estratégicas
Este orden no solo ayuda a cerrar el año sin tropiezos. También es la base para tomar decisiones estratégicas de cara al futuro.
De puertas adentro del negocio, unos datos limpios y arreglados permiten ver patrones, detectar desequilibrios, analizar márgenes y gastos, ingresos por productos o por clientes, así como y anticipar necesidades de tesorería.
De puertas afuera, facilitan una planificación fiscal, una corrección en los datos que se presentan y un menor riesgo.
Sin este ejercicio previo, cualquier planificación queda coja. Los análisis y conclusiones sobre datos incorrectos, serán también incorrectos.
Noviembre es el momento de hacer la puesta a punto. No se trata solo de cumplir con una obligación administrativa, sino de asegurarse de que las decisiones de final de año y del próximo se tomen sobre una base sólida. Poner orden hoy es ganar seguridad mañana.
Con nuestros clientes, este proceso no se improvisa en noviembre. Al contrario, lo vamos realizando a lo largo del año, de modo que el cierre contable y fiscal, coordinado con la gestoría, llega sin prisas ni tensiones. Esto permite trabajar con datos fiables, tomar decisiones con calma y confianza, y facilitar el trabajo de la gestoría.
Si quieres llegar al final del año con esa misma tranquilidad, hablemos. Te ayudaremos a poner orden y a mantenerlo fácil durante todo el año.




