
Gestión para autónomos: ¿tienes una visión empresarial o todavía piensas como un trabajador?
16 de julio de 2025Septiembre es sinónimo de comienzo. Nuevos horarios, nuevos grupos, nuevas familias, nuevas rutinas… Y también correos pendientes, inscripciones a medio hacer, material para preparar y esa hoja de cálculo que da pereza abrir.
Para muchas actividades, como los centros de servicios a las personas (logopedia, psicología, terapias…), extraescolares, centros deportivos, septiembre no es el medio del camino, sino el inicio real de todo. Aunque el calendario fiscal vaya de enero a diciembre, el trabajo —el que mueve el negocio— empieza ahora.
Para estas actividades, preparar el curso en septiembre se siente casi como una carrera de obstáculos: poco tiempo, mucho trabajo. Y la presión de que lo que suceda en estas primeras semanas puede marcar el rumbo del resto del año escolar.
Cuando el negocio empieza en septiembre
Hay sectores que van completamente al ritmo del curso escolar. Los servicios a las personas, las actividades extraescolares, el deporte, el mundo educativo o el material escolar funcionan con un ciclo claro: de septiembre a agosto.
Y eso hace que septiembre sea un mes intenso y decisivo. Venimos de un agosto parado, con vacaciones o baja actividad, y de repente en pocos días es necesario:
- volver a coger el ritmo,
- activar comunicaciones con las familias o las personas usuarias,
- cerrar grupos,
- reorganizar horarios,
- terminar de comprar material,
- revisar precios,
- reabrir el local…
Todo a la vez. Y rápido.
Preparar el curso en septiembre, paso a paso
Entre finales de agosto y los primeros diez días de septiembre se concentra todo lo que hay que poner en marcha: mucho trabajo estratégico y operativo. Seguro que estás trabajando:
- Implementar las inversiones decididas en julio. Con las vacaciones de por medio, es habitual que se hayan retrasado y ahora hay que acelerar.
- Revisar los gastos: ¿qué se mantiene?, ¿qué se puede ajustar o eliminar?
- Actualizar precios: es recomendable revisarlos siempre teniendo en cuenta el IPC. Es necesario, sin embargo, revisarlos por si algún servicio/producto necesita una mayor variación -por un incremento de costes, por ejemplo, o por variaciones en el mercado y la competencia-.
- Dar visibilidad a la oferta: es el momento de reconectar con las personas usuarias habituales y, si puede ser, ampliar la frecuencia de uso o la venta cruzada. Hay que ampliar también la base de clientes. En negocios recurrentes (con cuotas, packs o abonos), lo que ocurre entre septiembre y octubre puede determinar buena parte de los resultados del año.
- Organizar la operativa: horarios, grupos, disponibilidades, funciones… Hay que distribuir responsabilidades con claridad y asegurar que todo el mundo sabe qué tiene que hacer y cuándo.
Un curso que vale la pena cuidar
Trabajar con un calendario de septiembre-agosto implica vivir un arranque intenso. Implica proactividad, planificación y flexibilidad. El margen de tiempo es limitado, y las decisiones, críticas. Un buen arranque puede marcar toda la temporada.
No se trata sólo de sobrevivir estas primeras semanas. Se trata de construir un curso que funcione para quien recibe el servicio y también para quien lo da. Con sentido, con previsión y, si puede ser, con algo más de calma que el año pasado.
Y tú, ¿cómo quieres vivir este curso?
Si tu proyecto, centro o actividad empieza en septiembre, no dejes que la urgencia decida por ti.
Desde la consultoría, acompañamos actividades como la tuya a preparar el curso en septiembre con herramientas claras y realistas. No hay que hacerlo todo de vez en cuando, pero sí con perspectiva: organización interna, sostenibilidad, comunicación, precios, estructura…
No hay que hacerlo en soledad. Pero sí con sentido.
Hablemos de ello. Quizás este es el año que lo enfocas de otra manera.