
EBITDA y otros términos financieros explicados fácilmente para autónomos
1 de junio de 2025Estamos en el mes de junio y, para cualquier persona responsable de una microempresa, eso quiere decir una cosa: ha llegado la hora de hacer balance. El primer semestre del año ya ha pasado y es el momento ideal para analizar cómo va el negocio, detectar posibles desviaciones y planificar lo que queda de año.
No es necesario que seas experto/a en finanzas para llevar tu negocio con criterio. Sólo hay que saber qué mirar y cómo actuar en cada momento. Y por eso te lo explicamos paso a paso. Hacer este ejercicio no es sólo útil: es clave para la consolidación y la sostenibilidad de tu proyecto.
Si los números te aburren o te generan inseguridad, no eres la única persona. Pero hacer este balance no es complicarse la vida: es, simplemente, poner orden con sentido común.
1.Control de ingresos y gastos
El primer paso es tener un buen control de ingresos y gastos. Empieza por revisar si has facturado lo que preveías durante este primer semestre. Compara los objetivos con la realidad e identifica los motivos de cualquier desviación: ¿ventas más bajas de lo que habías previsto, servicios no rentables o precios demasiado bajos?
A continuación, analiza los gastos: ¿han crecido respecto al presupuesto? A menudo los gastos variables pueden dispararse si no se revisan con regularidad. También hay que revisar los gastos fijos y ver si hay margen para ajustarlos.
Analiza el margen bruto y el resultado final . A menudo desviaciones en los ingresos o en los gastos pueden conducir igualmente al resultado esperado, si unos se compensan con los otros. Recuerda que la parte importante del negocio es el resultado: la facturación es un instrumento para llegar a este resultado.
Un control de ingresos y gastos cuidadosos te permite tomar decisiones como actualizar tarifas, revisar proveedores y priorizar aquellas líneas de negocio más eficientes.
En resumen: si tienes claro qué has ingresado y qué has gastado, ya tienes la primera base para tomar mejores decisiones.
2.Controla la tesorería
La tesorería es el reflejo directo de la salud económica de tu negocio. Piensa en él como el depósito del coche: puedes tener una buena ruta planeada, pero si no controlas el combustible, no llegarás muy lejos.
Por ello, es fundamental hacer una previsión de cobros y pagos. Esta previsión te permite ver con antelación si en algún momento puedes tener dificultades para atender los pagos.
Estas dificultades se denominan tensiones de liquidez, y si no se actúa a tiempo, pueden afectar gravemente a la continuidad del negocio.
La buena noticia es que, si lo detectas con previsión, hay acciones que puedes hacer para mejorar la situación, como:
- Renegociar plazos de pago con proveedores.
- Adelantar gestiones de cobro con algunos clientes.
- Retrasar o reducir gastos no esenciales.
La tesorería es probablemente la parte más variable de la gestión económica. Por ello, conviene hacer un seguimiento cada dos o tres semanas, mirando siempre con un par de meses de anticipación. De esta manera, podrás reaccionar a tiempo y actuar con tranquilidad.
En resumen: si avanzas un poco la mirada, la tesorería deja de ser un dolor de cabeza y se convierte en una herramienta para dormir más tranquilo.
3.Analiza la estructura patrimonial
Hacer un buen control de ingresos y gastos también quiere decir entender cómo está estructurado tu negocio: qué tienes (activos) y qué debes (pasivos). El análisis de la estructura patrimonial te ayuda a valorar si puedes afrontar imprevistos y mantener la estabilidad.
Revisa si las deudas a corto plazo (como proveedores o créditos) son superiores a lo que tienes disponible: inventario , cobros pendientes y dinero en la cuenta corriente. Si la respuesta es sí, puedes estar en una situación de riesgo que conviene reconducir: hay acciones sencillas que puedes hacer para mejorarlo -valora cuál es la más adecuada para tu caso-:
- Aportar nuevos recursos al negocio.
- Renegociar parte de la deuda de corto a largo plazo.
- Reducir el volumen de inventario o renegociar los plazos de cobro con los clientes.
También es un buen momento para reflexionar sobre futuras inversiones . Si son a largo plazo, habrá que asegurarse de que se pueden afrontar con financiación adecuada, ahorros del negocio, aportaciones de dinero, o una combinación de estas opciones.
Este tipo de análisis te ayuda no sólo a evitar desequilibrios, sino a consolidar una base sólida para tu negocio, más resistente para cualquier cambio de contexto.
En resumen: si lo que debes a corto plazo es superior al que tienes disponible, mejor revisarlo y hacer pequeños ajustes a tiempo.
Todavía estás a tiempo de enderezar el camino
Una de las ventajas de hacer este balance ahora es que todavía puedes actuar. No hay que esperar a final de año para corregir desviaciones. Con un buen control de ingresos y gastos, una previsión de tesorería y una mirada clara a tu patrimonio, puedes planificar el segundo semestre con más confianza y eficacia.
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Si quieres que te acompañemos en este proceso, contáctanos. Te ofrecemos asesoramiento personalizado para analizar tu negocio, identificar puntos críticos y definir acciones concretas para mejorar tu gestión económica.
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No dejes que las cifras te pasen por alto. Con un rato de dedicación y el apoyo adecuado, puedes dar un nuevo impulso a tu negocio en la segunda parte del año.