El plan económico financiero: los números clave de la empresa
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3 de mayo de 2015Hace tiempo que tenemos la idea de montar un negocio. Lo hemos pensado muy bien: qué queremos vender, dónde, cómo, … Finalmente nos decidimos y empezamos a mirar cómo lo tenemos que hacer: ¿forma jurídica ?, ¿cómo me doy de alta? ¿Hay ayudas? Miramos algunas webs, visitamos diferentes centros y la respuesta es unánime: «mejor que primero hagas el plan de empresa». ¿Eh? – Pensamos.
Nos facilitan un documento en el que tenemos que explicar quiénes somos, todo lo que queremos hacer y cómo lo queremos hacer. Uf! No es fácil, pero más o menos, rellenamos los diferentes apartados. Y al final llegamos al «Plan económico financiero»: inversiones previstas, – ¡esto es fácil! – Ingresos previstos, – ¡comienza la sensación de mareo! – Gastos, – ¡ay, ay, ay! – Tesorería, – ¿y ésto qué es? – Y, por si no fuera suficiente, ¡a cinco años vista! – ¡¡Y yo qué sé !!
Muchos emprendedores comienzan el plan de empresa, algunos lo acaban y sólo unos pocos lo utilizan como guía durante las primeras etapas del negocio.
Y es que el plan de empresa nos ayuda de doble manera: a pensar y a prevenir. Y, en concreto los números del plan de empresa, es decir el plan económico financiero, son la herramienta que lo resume todo.
Primera función: ayudar a pensar, es decir, a organizar las ideas
Normalmente, cuando planificamos inicialmente, hacemos la carta a los Reyes Magos. Lo que necesitamos para poner en marcha la empresa, el material, el sueldo que sacaremos, el alquiler, … Todos estos elementos definen unos ingresos necesarios para que el proyecto sea viable y, en la mayoría de casos, una necesidad de financiación. Muchas veces, estos ingresos no son factibles a corto plazo o bien no obtenemos toda la financiación, circunstancias que hacen replantear el proyecto, priorizar y marcar etapas. En definitiva, nos coloca los pies en el suelo.
Segunda función: prevención
Es cierto que las previsiones no se cumplen … ¡Al 100%! Una parte sí se cumplirán. Quizás variarán algunos gastos que teníamos previstas, o bien las ventas no crecerán al ritmo esperado, o algún cliente no nos pagará en el plazo pactado, … Sí, todas estas circunstancias harán que no se cumplan los números que habíamos previsto, pero seremos conscientes de estas variaciones, podremos anticipar las consecuencias que tendrán en el conjunto del negocio y aplicar medidas correctoras con tiempo suficiente.
El plan de empresa no nos da la certeza, pero sí máximos y mínimos de referencia, prioridades, alternativas … Es decir disminuye la incertidumbre y acota el riesgo de nuestro proyecto. En definitiva, podemos decir que nos da capacidad de reacción.
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[…] del año?¿ A principios de año, habíamos pensado como habían de alcanzar aquellos ingresos? ¿Hemos seguido mes a mes si se cumplían? ¿En el caso de que no se cumplieran, hemos analizado porque y hemos aplicado medidas […]
[…] Y la tercera y última recomendación, los objetivos deben cumplir unas premisas básicas. Deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y de duración limitada, lo que técnicamente llamamos SMART. En este caso recalcaremos dos de los puntos: medibles y con fechas y duraciones concretas. La herramienta para excelencia para medir los objetivos, hacer su seguimiento y aplicar las correcciones cuando se produzcan desviaciones es el presupuesto económico. […]